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CONCEPCIÓN MARTÍNEZ MARTÍN

LAS CLAVES PARA DISFRUTAR EL LIBRO DEL: CABALLERO DE LA ARMADURA OXIDADA

EL CABALLERO DE LA ARMADURA OXIDADA de Robert Fisher, desvelando el sentido de las 7 pruebas por las que atraviesa el protagonista del que se ha revelado como uno de los libros más importantes del siglo XX.
 
 
EL CABALLERO DE LA ARMADURA OXIDADA narra una aventura de alquimia interior en la que el héroe, representado en la figura del Caballero, recorre un camino de transformación, toma conciencia de su armadura y se libera de ella para poder llegar así a la Fuente. Es una obra que sirve de iniciación a una vida espiritual profunda, dirigida a toda persona independientemente de su credo, formación filosófica o creencias.

Las ENSEÑANZAS DEL CABALLERO DE LA ARMADURA OXIDADA servirá para: 

Comprender los símbolos de transformación que aparecen en este libro y estimular y redescubrir el mundo simbólico fuera y dentro de ti mismo.
Relacionar los aspectos del viaje autotransformador del Caballero con el proceso psicoterapéutico.
Tomar conciencia de tu propia armadura y cómo liberarse de ella.
Vivir sin prisas ese proceso de aprendizaje llamado "la vida", porque, como dice el mago Merlín: "no se puede correr y aprender al mismo tiempo".


PRIMERA PRUEBA:
EL DILEMA DEL CABALLERO

El Caballero pensaba que era bueno, generoso y amoroso.
Por mucho que así pensara, sus actos no mostraban tales cualidades positivas. Una virtud que necesita demostrarse no es virtud. En realidad no se estimaba ni tenía confianza en sí mismo, sino que, por el contrario, tenía reacciones de sobrevaloración para compensar sus carencias.
Luchaba contra sus enemigos que eran lo contrario a él: malos, mezquinos y odiosos. Cuando en el asunto de la caballería había crisis, rescataba damiselas en apuros prisioneras de los dragones a los que mataba. Las liberaba sin importarle si ellas querían o no. Algunas le quedaban agradecidas, pero otras se mostraban furiosas, aunque a él no le importaba.
Liberaba a los demás de sus enemigos, que eran malvados, pero no se enfrentaba con la parte negativa que habitaba en él, su yo falso, simbolizado en el dragón. Pero, si no luchaba por conocerse, tampoco podía rescatar a su Yo verdadero, cautivo de su dragón interior. Tan prisionero estaba su Yo verdadero que el Caballero no tenía conocimiento de su existencia.
El Caballero se había hecho famoso porque su armadura producía unos rayos de luz tan brillantes que la gente la confundía con el sol, creyendo que salía por el norte y se ponía en el este.
La armadura se puede simbolizar de varias formas. Se manifiesta en el plano físico, en el psicológico, emocional, energético y en lo espiritual. Representa todo lo falso de sí mismo. El brillo representa la vanagloria, la fama, el prestigio, la presunción y el orgullo con los que el Caballero hipnotizaba y confundía a la gente. Cuanto más brillo tenía su máscara, más inautenticidad establecía entre él y los demás.
Partía con frecuencia a las batallas y era tal su entusiasmo que, a veces, iba hacia varias direcciones a la vez, lo que significa hacer muchas cosas y tener la mente ocupada en veinte asuntos al mismo tiempo.
Tanto se enamoró del brillo de su armadura que hasta dormía con ella. El mito de Narciso es enamoramiento y culto a sí mismo, falso altruísmo, aislamiento e incomunicación. Se ponía la armadura para protegerse de quien creía ser y un buen día se quedó atrapado sin poder salir de ella.

La familia

Tenía una mujer bastante tolerante, Julieta, que poseía muchas virtudes, entre ellas la de escribir bellos poemas. También tenía un hijo, llamado Cristóbal, de cabellos dorados al que pensaba convertir en un valiente caballero como él cuando fuera mayor.
Julieta representa el alter ego: el lado femenino, la ternura, el ánima, la voz de la conciencia y, en cierto modo, el recuerdo del Yo verdadero. El hijo de cabellos dorados era el recuerdo de lo auténtico que había en él antes de ocultarse detrás de la armadura.
El Caballero apenas mantenía relación con ellos. Alguna vez Cristóbal preguntaba a su madre por el aspecto que tenía su padre, pero solo podía contemplar un retrato del Caballero que había sobre la chimenea, como recordatorio de la imagen original sin armadura.
Julieta estaba insatisfecha de la relación que tenía con su marido y de los problemas que le ocasionaba la armadura, como el dormir mal por culpa del ruido que producía, pues él no se la quitaba ni para dormir, lo cual no contribuía a mantener una unión en la familia y se supone que no cumplía la función conyugal con su esposa.
La primera vez que Julieta se enfrentó a su marido fue para decirle que amaba más a su armadura que a ella, lo que significa que el único amor del Caballero era su yo falso y no su Yo verdadero. A Julieta le había demostrado su amor rescatándola de las garras del dragón e instalándola en un elegante castillo. Sin embargo, su Yo verdadero estaba aún prisionero de la importancia personal que consumía la mayor parte de su energía. Sólo había amado la idea de rescatarla pero no se había responsabilizado de las consecuencias que ello traía. Instalado en un idealismo, su mente se había alejado de su corazón y, por mucho que insistiera en querer demostrarle amor a Julieta, su cuerpo era incapaz de abrazar con ternura y en una ocasión casi le rompe las costillas al abrazarla con su fría y rígida armadura. Así es cómo se manifestaba el yo falso en él.
La resolución del dilema.
El Caballero tiene que resolver el dilema: quitarse la armadura o perder a su familia.
Julieta es la eterna mujer resignada que, en un momento dado, se enfrenta a la realidad y exige a su marido que se quite la armadura, para ver quién era realmente.
El Caballero no podía desprenderse de ella porque tenía que estar listo para montar en su caballo y salir en cualquier dirección. Como Julieta representa al Yo verdadero, éste también clama desde dentro para que la máscara de apariencia y de fantasía idealista del yo falso no se justifique con engaños. El caballo es el símbolo de los impulsos, de la energía física y de la expansión yóica que el Caballero tendría que dominar.
Julieta le da un ultimátum diciéndole que, si no se quita la armadura, se irá de su vida.
El Caballero entra en una profunda reflexión. Sabía que amaba a su esposa, a su hijo y a sus pertenencias, pero pensaba que el único sentido de su vida era ponerse la armadura, que representa la importancia personal, para demostrar en las batallas que era bueno, generoso y amoroso.
Arriesgándose, toma la decisión de quitársela, lo que significa desmontar el artificio del yo falso para encontrarse a sí mismo, llegar a amarse y poder amar a su familia y a los demás.

Toma la decisión de quitarse la armadura.
Al tomar esa decisión, inicia el Proceso de Desvelamiento del yo experimentador, que consistirá en descorrer los velos de oscuridad del yo falso que encubren la realidad luminosa del Yo verdadero.
Pero el yelmo estaba demasiado enganchado e incluso también la visera. Desesperado trató de encontrar una solución al problema. Por primera vez buscó ayuda y la encontró en el herrero. Éste le dijo que más que tener un problema él  era un problema en sí mismo. A pesar de los esfuerzos del herrero que era el hombre más fuerte del reino, el yelmo ni siquiera se abolló porque la armadura estaba demasiado endurecida.
La armadura del yo falso no se quita por la fuerza bruta sino mediante un trabajo de interiorización. El herrero no es el  terapeuta idóneo para eliminar la coraza del yo falso y dejar al descubierto el Yo verdadero, por lo que el Caballero tendrá que buscar un profesional adecuado mediante el cual se haga sensible a su yo experimentador y pueda conocerlo y así logrará el conocimiento de sí mismo.
Cuando el Caballero le comenta a Julieta que no consigue quitarse la armadura ella, que ha llegado al límite de su aguante, no le cree y le grita llamándole bestia ruidosa, al mismo tiempo que estrella un plato de puré de estofado de paloma contra su yelmo, pero él no siente nada, porque no discierne entre lo que es falso y lo verdadero. En la Bestia o yo falso están simbolizadas las Fuerzas del Mal, mientras que en la Bella estaría simbolizado el Yo verdadero, es decir la Fuerzas del Bien. La paloma simboliza lo espiritual, y es precisamente lo que el Caballero ha maltratado y a lo que se ha vuelto insensible. Más adelante Merlín le ofrecerá la ayuda de ese ave.
Por fín se da cuenta que "su armadura no le dejaba sentir apenas nada, y la había llevado durante tanto tiempo que había olvidado cómo se sentían las cosas sin ella".
Después de visitar por última vez al herrero, vuelve a casa y Julieta le echa en cara que la única manera que tiene su hijo de verle es mirando el retrato que está sobre la chimenea. Le da de comer un plato de puré de cordero que será el último que le prepare para él. El cordero significa que será el último sacrificio que haga Julieta por él.
Se sintió dolido de que Julieta pareciera no amarle más. Si no se quitaba la armadura, Julieta se marcharía con su hijo, pero aún no sabía cómo hacerlo, y se puso a reflexionar sobre el modo de quitársela. Tenía claro que necesitaba ayuda, y como no la encontraba en su propio reino, es decir, en el mundo que conocía y en su consciente, decidió buscarla en otras tierras.

La resolución del conflicto
Julieta representa la eterna mujer resignada que al final se enfrenta a la realidad familiar. Le plantea la elección entre su armadura y la familia.
El Caballero reacciona dándose cuenta de la armadura-conflicto ante el temor de ser abandonado por su esposa. Aparece el miedo al abandono y la soledad.
Cuando Julieta le dice: "¡Entonces, quítate esa armadura para que pueda ver quién eres en realidad!" lo que quiere expresar es que sólo es apariencia. Ser o no ser verdadero, ahí está el dilema.
Pero el caballero comprende que no merece la pena perder a Julieta y a Cristóbal por llevar la armadura.
Resuelve el dilema tomando la decisión de desembarazarse de ella, encontrarse consigo y no perder a su familia.

Alguien habrá en algún lugar que pueda ayudarme
El Caballero intenta quitarse por sí mismo la armadura, pero la lleva demasiado enganchada.
Buscando una solución al problema encuentra al herrero quien le dice que él es un problema en sí mismo.
Pero esta armadura no se quita por la fuerza bruta, sino mediante un trabajo de interiorización. El herrero no es el "terapéuta" idóneo para desmantelar la coraza.

El camino de la sinceridad, la autenticidad y de la verdad. El Sufrimiento y el placer.
Solo transitando por una vía de autenticidad, sinceridad y de verdad podrá liberarse el caballero de la armadura-carácter y encontrar la joya que hay en su corazón: el Ser, cuya procedencia es la Fuente.
Los conflictos psico-emocionales endurecieron la armadura. En el proceso de conscienciación hay un sufrimiento fértil, y un alivio por la liberación del pesado lastre.
El Caballero bajará a los infiernos y subirá a los cielos. Buceará en el océano de su inconsciente, luchará contra el dragón y rescatará el tesoro en lo más recóndito de sí mismo.
 

   SIETE CLAVES PARA MEDITAR
1. ¿ Reconoces tu armadura. Qué defensas la componen?
2. ¿Sientes realmente que eres bueno, generoso y amoroso?
3. ¿Cómo vives los sentimientos. Eres sincero en el amor?
4. ¿Como te relacionas con tu familia y compañeros?
5. ¿Le dedicas suficiente tiempo a tu familia?
6. ¿Tienes una intención sincera de cambiar?
7. ¿Estas buscando al terapéuta-guía apropiado?
 


PRIMERA PRUEBA:
EL DILEMA DEL CABALLERO

El Caballero pensaba que era bueno, generoso y amoroso. 
Por mucho que así pensara, sus actos no mostraban tales cualidades positivas. Una virtud que necesita demostrarse no es virtud. En realidad no se estimaba ni tenía confianza en sí mismo, sino que, por el contrario, tenía reacciones de sobrevaloración para compensar sus carencias. 
Luchaba contra sus enemigos que eran lo contrario a él: malos, mezquinos y odiosos. Cuando en el asunto de la caballería había crisis, rescataba damiselas en apuros prisioneras de los dragones a los que mataba. Las liberaba sin importarle si ellas querían o no. Algunas le quedaban agradecidas, pero otras se mostraban furiosas, aunque a él no le importaba. 
Liberaba a los demás de sus enemigos, que eran malvados, pero no se enfrentaba con la parte negativa que habitaba en él, su yo falso, simbolizado en el dragón. Pero, si no luchaba por conocerse, tampoco podía rescatar a su Yo verdadero, cautivo de su dragón interior. Tan prisionero estaba su Yo verdadero que el Caballero no tenía conocimiento de su existencia. 
El Caballero se había hecho famoso porque su armadura producía unos rayos de luz tan brillantes que la gente la confundía con el sol, creyendo que salía por el norte y se ponía en el este. 
La armadura se puede simbolizar de varias formas. Se manifiesta en el plano físico, en el psicológico, emocional, energético y en lo espiritual. Representa todo lo falso de sí mismo. El brillo representa la vanagloria, la fama, el prestigio, la presunción y el orgullo con los que el Caballero hipnotizaba y confundía a la gente. Cuanto más brillo tenía su máscara, más inautenticidad establecía entre él y los demás. 
Partía con frecuencia a las batallas y era tal su entusiasmo que, a veces, iba hacia varias direcciones a la vez, lo que significa hacer muchas cosas y tener la mente ocupada en veinte asuntos al mismo tiempo. 
Tanto se enamoró del brillo de su armadura que hasta dormía con ella. El mito de Narciso es enamoramiento y culto a sí mismo, falso altruísmo, aislamiento e incomunicación. Se ponía la armadura para protegerse de quien creía ser y un buen día se quedó atrapado sin poder salir de ella.

La familia

Julieta representa el alter ego: el lado femenino, la ternura, el ánima, la voz de la conciencia y, en cierto modo, el recuerdo del Yo verdadero. El hijo de cabellos dorados sería el  recuerdo de lo auténtico que había en él antes de ocultarse detrás de la armadura. 
El Caballero apenas mantenía relación con ellos. Alguna vez Cristóbal preguntaba a su madre por el aspecto que tenía su padre, pero solo podía contemplar un retrato del Caballero que había sobre la chimenea, como recordatorio de la imagen original sin armadura. 
 Julieta estaba insatisfecha de la relación que tenía con su marido y de los problemas que le ocasionaba la armadura, como el dormir mal por culpa del ruido que producía, pues él no se la quitaba ni para dormir, lo cual no contribuía a mantener una unión en la familia y se supone que no cumplía la función conyugal con su esposa. 
La primera vez que Julieta se enfrentó a su marido fue para decirle que amaba más a su armadura que a ella, lo que significa que el único amor del Caballero era su yo falso y no su Yo verdadero. A Julieta le había demostrado su amor rescatándola de las garras del dragón e instalándola en un elegante castillo. Sin embargo, su Yo verdadero estaba aún prisionero de la importancia personal que consumía la mayor parte de su energía. Sólo había amado la idea de rescatarla pero no se había responsabilizado de las consecuencias que ello traía. Instalado en un idealismo, su mente se había alejado de su corazón y, por mucho que insistiera en querer demostrarle amor a Julieta, su cuerpo era incapaz de abrazar con ternura y en una ocasión casi le rompe las costillas al abrazarla con su fría y rígida armadura. Así es cómo se manifestaba el yo falso en él.

 
La resolución del dilema. 
El Caballero tiene que resolver el dilema: quitarse la armadura o perder a su familia. 
Julieta es la eterna mujer resignada que, en un momento dado, se enfrenta a la realidad y exige a su marido que se quite la armadura, para ver quién era realmente. 
El Caballero no podía desprenderse de ella porque tenía que estar listo para montar en su caballo y salir en cualquier dirección. Como Julieta representa al Yo verdadero, éste también clama desde dentro para que la máscara de apariencia y de fantasía idealista del yo falso no se justifique con engaños. El caballo es el símbolo de los impulsos, de la energía física y de la expansión yóica que el Caballero tendría que dominar. 
Julieta le da un ultimátum diciéndole que, si no se quita la armadura, se irá de su vida. 
El Caballero entra en una profunda reflexión. Sabía que amaba a su esposa, a su hijo y a sus pertenencias, pero pensaba que el único sentido de su vida era ponerse la armadura, que representa la importancia personal, para demostrar en las batallas que era bueno, generoso y amoroso. 
Arriesgándose, toma la decisión de quitársela, lo que significa desmontar el artificio del yo falso para encontrarse a sí mismo, llegar a amarse y poder amar a su familia y a los demás.

Toma la decisión de quitarse la armadura. 
Al tomar esa decisión, inicia el Proceso de Desvelamiento del yo experimentador, que consistirá en descorrer los velos de oscuridad del yo falso que encubren la realidad luminosa del Yo verdadero. 
Pero el yelmo estaba demasiado enganchado e incluso también la visera . Desesperado trató de encontrar una solución al problema. Por primera vez buscó ayuda y la encontró en el herrero. Éste le dijo que más que tener un problema él  era un problema en sí mismo. A pesar de los esfuerzos del herrero -que era el hombre más fuerte del reino-, el yelmo ni siquiera se abolló porque la armadura estaba demasiado endurecida. 
La armadura del yo falso no se quita por la fuerza bruta sino mediante un trabajo de interiorización. El herrero no es el  terapeuta idóneo para eliminar la coraza del yo falso y dejar al descubierto el Yo verdadero, por lo que el Caballero tendrá que buscar un profesional adecuado mediante el cual se haga sensible a su yo experimentador y pueda conocerlo y así logrará el conocimiento de sí mismo. 
Cuando el Caballero le comenta a Julieta que no consigue quitarse la armadura ella, que ha llegado al límite de su aguante, no le cree y le grita llamándole bestia ruidosa, al mismo tiempo que estrella un plato de puré de estofado de paloma contra su yelmo, pero él no siente nada, porque no discierne entre lo que es falso y lo verdadero. En la Bestia o yo falso están simbolizadas las Fuerzas del Mal, mientras que en la Bella estaría simbolizado el Yo verdadero, es decir la Fuerzas del Bien. La paloma simboliza lo espiritual, y es precisamente lo que el Caballero ha maltratado y a lo que se ha vuelto insensible. Más adelante Merlín le ofrecerá la ayuda de ese ave. 
Por fín se da cuenta que "su armadura no le dejaba sentir apenas nada, y la había llevado durante tanto tiempo que había olvidado cómo se sentían las cosas sin ella". 
Después de visitar por última vez al herrero, vuelve a casa y Julieta le echa en cara que la única manera que tiene su hijo de verle es mirando el retrato que está sobre la chimenea. Le da de comer un plato de puré de cordero que será el último que le prepare para él. El cordero significa que será el último sacrificio que haga Julieta por él. 
Se sintió dolido de que Julieta pareciera no amarle más. Si no se quitaba la armadura, Julieta se marcharía con su hijo, pero aún no sabía cómo hacerlo, y se puso a reflexionar sobre el modo de quitársela. Tenía claro que necesitaba ayuda, y como no la encontraba en su propio reino, es decir, en el mundo que conocía y en su consciente, decidió buscarla en otras tierras.

La resolución del conflicto 
Julieta representa la eterna mujer resignada que al final se enfrenta a la realidad familiar. Le plantea la elección entre su armadura y la familia. 
El Caballero reacciona dándose cuenta de la armadura-conflicto ante el temor de ser abandonado por su esposa. Aparece el miedo al abandono y la soledad. 
Cuando Julieta le dice: "¡Entonces, quítate esa armadura para que pueda ver quién eres en realidad!" lo que quiere expresar es que sólo es apariencia. Ser o no ser verdadero, ahí está el dilema. 
Pero el caballero comprende que no merece la pena perder a Julieta y a Cristóbal por llevar la armadura. 
Resuelve el dilema tomando la decisión de desembarazarse de ella, encontrarse consigo y no perder a su familia.

Alguien habrá en algún lugar que pueda ayudarme 
El Caballero intenta quitarse por sí mismo la armadura, pero la lleva demasiado enganchada. 
Buscando una solución al problema encuentra al herrero quien le dice que él es un problema en sí mismo. 
Pero esta armadura no se quita por la fuerza bruta, sino mediante un trabajo de interiorización. El herrero no es el "terapéuta" idóneo para desmantelar la coraza.

El camino de la sinceridad, la autenticidad y de la verdad. El Sufrimiento y el placer. 
Solo transitando por una vía de autenticidad, sinceridad y de verdad podrá liberarse el caballero de la armadura-carácter y encontrar la joya que hay en su corazón: el Ser, cuya procedencia es la Fuente. 
Los conflictos psico-emocionales endurecieron la armadura. En el proceso de concienciación hay un sufrimiento fértil, y un alivio por la liberación del pesado lastre. 
El Caballero bajará a los infiernos y subirá a los cielos. Buceará en el océano de su inconsciente, luchará contra el dragón y rescatará el tesoro en lo más recóndito de sí mismo.
 

   SIETE CLAVES PARA MEDITAR
1. ¿ Reconoces tu armadura. Qué defensas la componen?
2. ¿Sientes realmente que eres bueno, generoso y amoroso?
3. ¿Cómo vives los sentimientos. Eres sincero en el amor?
4. ¿Como te relacionas con tu familia y compañeros?
5. ¿Le dedicas suficiente tiempo a tu familia?
6. ¿Tienes una intención sincera de cambiar?
7. ¿Estas buscando al terapéuta-guía apropiado?


SEGUNDA PRUEBA:
EN LOS BOSQUES DE MERLÍN

El Caballero se adentra en el bosque del inconsciente. 
El "bosque" es un lugar espiritual que puede hallarse tanto en el desierto como en la ciudad, estando en soledad o rodeados de gente.
Emboscarse es retirarse. El Caballero es un emboscado. Se ha aislado en el bosque para reflexionar y encontrarse consigo mismo. 
El bosque simboliza el inconsciente. Adentrarse en el bosque y profundizar en él le permitirá conocer las sombras y las luces que en él habitan. 
La llamada del bosque es esa llamada que siente una naturaleza interior incompleta y que le incita a ir más allá. Por eso, el Caballero abandona todo lo que hasta entonces había dado sentido a su vida: aventuras, castillos, familia; en definitiva, lo que era su identidad. Se adentra en el bosque para comprender qué significa su armadura y poder despojarse de ella, o lo que es igual, para someter lo indómito del Yo. Así, aniquilará la personalidad de "caballero", que no es más que una máscara, que le impide acceder a su verdadera naturaleza.

El convaleciente 
El significado de convalecer en griego es retornar. La nostalgia es el dolor del retorno, el eterno retorno hacia uno mismo. 
El Caballero es un convaleciente porque se retira al bosque para volver hacia sí mismo, es decir, para lograr su individualización. Como convaleciente, está regresando hacia sí mismo y, cuando haya completado ese regreso, podrá decir quién es en realidad. Sabiéndose convaleciente, será capaz de reconocer el sufrimiento que conlleva la armadura (la enfermedad) y comprenderá el sentido último de su vida. 
Cuando el Caballero enferma de debilidad, Merlín le explica lo afortunado que es, porque "una persona no puede correr y aprender a la vez. Debe permanecer en un lugar durante un tiempo". El Caballero llega así a la comprensión del valor de detenerse a reflexionar porque la vida vertiginosa aturde. 
Cuando no se es capaz de detenerse a reflexionar, la enfermedad puede sobrevenir como un aviso para que el enfermo se vea obligado a parar. Así, más que como un mal, la enfermedad aparece como una aliada beneficiosa que exige ser escuchada. 
El Caballero es un convaleciente que tiene que conocer el origen de su enfermedad y que el secreto de su cura se encuentra en el retorno hacia sí mismo.

Primer encuentro con el Mago Merlín, el arquetipo del "viejo sabio" 
Una mañana, bajo un árbol, el Caballero descubre a Merlín, vestido con una túnica blanca y rodeado de animales. Al instante reconoce en él al maestro y comprende que ambos estaban buscándose. Se ha producido el misterio del encuentro en lo intuitivo, en lo profundo de sus almas. 
El árbol cuyas ramas cobijan a un hombre de conocimiento, podría simbolizar aquí el mito de lo sagrado y de la regeneración. 
El Mago Merlín simboliza al maestro que ha vencido el apego por este mundo. Conoce el arte del despertar de la conciencia y, en su papel de sabio, actúa como mediador entre el héroe convaleciente y el reino de la naturaleza. Hará comprender al Caballero que las pasiones empañan el discernimiento y la razón, y que las cualidades positivas como la paciencia, la actitud de colaboración, la aceptación incondicional de la figura del maestro y sus enseñanzas, el coraje y la perseverancia favorecen la andadura. 
Merlín le aconseja la paciencia como cualidad imprescindible para desembarazarse de la armadura que tanto tiempo ha llevado puesta.

La armadura para protegerse del miedo 
Con la armadura el Caballero cree estar protegiéndose del miedo a las heridas en la batalla, pero también se defiende para no ser herido y sufrir la situación familiar, aunque no se enfrente a ella.

La copa de la vida 
"Merlín le tendió una copa de plata que contenía un extraño líquido". 
 El caballero tiene sed de vivir ya que la armadura le ha secado la existencia. 
 El conflicto emocional bloquea el  físico y el energético, nubla el discernimiento y endurece el corazón. 

"Los primeros sorbos le parecieron amargos, los siguientes más agradables, y los últimos tragos, bastante deliciosos.. ." Al aceptar los tragos de la vida, ésta se convierte en un dulce transcurrir. La neurosis es amargura y, cuando se disuelve, da lugar al alivio. 
El agua es renovadora de vida y simboliza el inconsciente. Merlín le ayuda a beber grandes cantidades de la copa del inconsciente pues, cuanto más beba y saboree, más se conocerá y más próximo estará a la Vida. Y, cuando se bañe en lágrimas, que penetran su inconsciente, se disolverán las impurezas que le quitan vida.

Yo verdadero, cambio de conciencia y tiempo 
El Yo verdadero, en términos junguianos, es el Sí Mismo . Aparece
en el Proceso de Individuación de crecimiento interior y es la evolución hacia una totalidad interior única. Considerado como arquetipo, trasciende al ser humano en lo consciente y personal. 
Tras el llanto, el Caballero puede comunicarse con los animales de modo intuitivo, más allá de la mente racional. Logra la suficiente sensibilidad como para sintonizar con las vibraciones de los otros. Los animales representan el mundo pulsional de los instintos en el hombre. 
Merlín le dice "pasado, presente y futuro son uno cuando estás conectado a la Fuente..." Siendo el tiempo un invento mental, desaparece cuando el caballero se une a la Fuente.

Fuente 

A la pregunta del caballero de qué es la Fuente, Merlín le responde "Es el poder misterioso e invisible que es el origen de todo".
Se le llama Fuente, Origen, Creador, etc, porque de algún modo hay que nombrar lo innombrable. La comprensión de ese concepto va más allá de lo racional. 
Fuente es uno de los nombres o atributos de la Esencia, porque Ésta se manifiesta a través de atributos. Se dice que a través de cien o más. 
A lo largo del libro y en cada capítulo aparacen cinco atributos fundamentales: Verdad, Silencio, Conocimiento, Voluntad y Osadía que el Caballero tedrá que descubrir y cultivar. Desesperado, intenta regresar con su familia 
En un determinado momento el caballero no se siente capaz de soportar más tiempo en el bosque. Se ha adentrado tanto en la espesura de su inconsciente que ha avistado la locura, tiene miedo y quiere huir. 
Se justifica pensando que lo que quiere es regresar con su familia, ser un marido bueno, generoso y amoroso y un buen padre para Cristóbal, pero alguien que no sabe cuidar de sí mismo, no puede cuidar a los demás. Si regresa sólo para huir del bosque, será una carga asfixiante para Julieta y Cristóbal. 
Reflexiona sobre su familia, "Recordó las eternas quejas de Julieta porque a menudo se iba a la batalla, por la atención que le prestaba a su armadura, por su visor cerrado y por su costumbre de quedarse dormido para no oír sus palabras. Quizá Julieta no quisiera que él volviera, pero Cristóbal sí querría". 
Merlín le sugiere que envíe una nota preguntando a Cristóbal si desea que su padre vuelva con él, utilizando a la paloma como mensajera. Cuando la paloma retorna con el mensaje, el caballero ve boquiabierto que el papel está en blanco. Merlín le explica que su hijo no le conoce lo suficiente como para darle una respuesta. 
"El caballero permaneció quieto un momento, luego lanzó un gemido y lentamente cayó al suelo. Intentó retener las lágrimas, pues los caballeros de brillante armadura no lloran. Sin embargo, pronto su pena le venció. Luego, exhausto y medio ahogado por las lágrimas, el caballero se quedó dormido".

Una pena profunda y las lágrimas de sentimientos verdaderos le liberan del yelmo. 
La no-respuesta de su hijo ha calado en la fibra sensible del Caballero, que por fin comprende la mala relación con él. El impacto ha dinamitado el conflicto interno. Ante semejante choque las defensas corporales y emocionales se han hecho añicos, la armadura no puede protegerle ya. El cuerpo, como libro que lleva la historia personal del caballero, libera el conflicto. Por mucho que se aferre al lema de que los caballeros no lloran, no podrá contener la emoción que le embarga. Llora y queda exhausto y medio ahogado dentro del yelmo.
   Después de la catarsis y de la toma de conciencia del problema, nota un extraño alivio al reconciliarse consigo mismo y, acurrucándose en el calor de este nuevo sentimiento de ternura, se queda dormido. 
Al despertar, el Caballero logra, gracias a las lágrimas derramadas y liberarse de la visera.
 
 

SIETE CLAVES PARA MEDITAR
1. ¿Te atrapas en tu inconsciente?
2. ¿Sientes nostalgia por el yo verdadero?
3. ¿Encontraste a tu guía?
4. ¿Para qué te pones la armadura?
5. ¿Eres paciente y perseverante?
6. ¿Eres sincero con los sentimientos?
7. ¿Para qué te sirve el sufrimiento?
 
 

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